Hoy me recuerdo de que las direcciones no son algo que hago, sino algo que pienso. Todos nuestros pensamientos, incluso los pensamientos sobre el cuerpo, se manifiestan en el cuerpo en la forma de tensión, en como nos portamos y como nos movemos. Los pensamientos de las direcciones tambien los voy incorporando, y con el tiempo aparecen en como estoy, como me muevo, como reacciono. Vuelven parte de mi forma de pensar. Alexander dijo, “Traducís todo, sea físico, mental o espiritual, en tensión muscular.”
En la clase la semana pasada experimentamos como los pensamientos y emociones son inseparables del cuerpo, influyendo nuestra disponibilidad y movilidad. Seguimos investigando posibilidades de tener control consciente sobre nuestra disponibilidad, movilidad y equilibrio con las direcciones.